En general nunca había prestado demasiado atención a mi piel, sí que soy presumida pero bastante inconstante en este aspecto. A lo largo de mi vida he tenido casi todo tipo de cremas, naturales, de gama alta o media, compradas por capricho… pero no me convencía el hecho de invertir demasiado en ello.

Con 32 años, empecé a pensar que ya era hora de tomarme el cuidado de mi piel en serio, pero ni me gustaba ni sabía. Fue entonces cuando Reyes entró a formar parte de esta historia. Me aconsejó, me enseñó y probamos juntas los productos que a mi piel iban mejor.

Me hizo la vida mucho más fácil buscando para mi productos que podía usar mientras me duchaba y cremas que combinaban varias propiedades y cuya aplicación me ahorraba ponerme tres.
Consiguió darme la clave para que mi nariz no se pelara cada vez que me maquillaba, tarea en la que ninguna asesora antes había podido ayudarme.

Huelga decir que la línea de productos que usa Reyes es de indiscutible calidad, pero si me gustaría resaltar que es fundamental la intervención de una asesora de belleza que trabaje contigo de una forma personalizada, cercana, y que te aporte exactamente lo que necesitas y no solo un buen producto recomendado.

Probablemente sin la intervención de Reyes como asesora de belleza, estos productos no se hubieran convertido en mi día a día como lo son ahora, Reyes simplificó la belleza para mí, y eso era exactamente lo que yo necesitaba.